La semana pasada nuestro
intrépido reporteo Tribulete se desplazo a tierras gallegas porque se había
filtrado una información que quería contrastar in situ. No era otra que los
Alvarez acudirían a las fiestas de Santiago en Boebre; dicho y hecho, después de
saltar cercados y alambradas pudido constatar el hecho cierto de que
efectivamente por allí andaban de
jolgorio; les acompañaban Maria y Enrique además de un grupo de amigos venidos
desde Monforte para celebrar estos fastos.
Lo primero que pudimos
observar fue que después de una cola de casi treinta minutos pudieron degustar
unos platos de exquisito “pulpo a feira”, cocinado allí mismo; también había
churrasco para los carnívoros y todo ello regado con abundante vino de la
tierra o refrescos para los abstemios. Todo ello en un ambiente de romería de
los mejores tiempos con una cantidad de publico nunca visto en el lugar.
Tribulete nos da fe que se “pusieron hasta las orejas” de pulpo, churrasco y
vinillo tinto sin sifón y de postre café y pastas, vamos todo un despilfarro
gastronomito.
Luego como no podía ser
de otra manera la Orquesta Troxo amenizo la velada hasta altas horas de la
madrugada y aquí es donde el sagaz Tribulete hizo un
reportaje fotográfico que
aún se disputan las más prestigiosas revistas del mundo mundial ya que como se
puede observar hay un documento inédito; Enrique se soltó la melena (es un
decir) y se lanzo a bailar de manera desenfrenada, no había forma de pararle,
le daba igual un tango, que una jota, que un vals el hecho era mover el
esqueleto.
Cuando el cuerpo ya no
daba para más se retiraron a descansar, eso era a las primeras luces del día;
Tribulete agotado se refugio entre las patas de una vaca lechera a dar una
cabezada a espera de la mañana para desayunar de primera mano.
Tribulete.
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