Ayer
por motivos que no vienen a cuento, me encontraba en una sala de espera del Hospital
de la Santísima Trinidad en Salamanca y lamentablemente fui testigo de un
episodio que verdaderamente me cuesta entender a estas alturas del siglo XXI.
Junto
a nosotros se encontraban cuatro personas de una edad poco mayor a la mía, que
igual que yo esperábamos a ser citados por el doctor y aunque no quisiera fui
testigo de una conversación, mejor dicho, un incendiario discurso que
proclamaba en voz alta, muy alta diría yo, un caballero que se autoproclamaba
ferviente seguidor de las doctrinas y de la ideología del general Franco; hasta
aquí todo se puede decir que normal, cada uno elige sus opciones políticas y
quienes son sus ídolos, hasta los talibanes tienen derecho a ello. Pero lo peor
fue cuando poco a poco fue desgranando toda la bilis acida y retorcida que
tenia dentro, sin preocuparle lo más mínimo que el resto de las personas que
allí estábamos le tuviésemos que escuchar. Según su opinión, basada sobretodo
en comparar la actual España con la que el vivió en época del difunto general,
aquello si era bueno, todo excelente, nada en contra, todo éxitos y mano dura,
no como ahora en que Rajoy es un débil y sigue al dictado lo que le han dejado los
rojos socialistas, toma ya; Rajoy y Rubalcaba comiendo en el mismo plato; debía
de estar muy al corriente de lo que se cocina en las más altas instancias del
poder porque a partir de ese momento se puso a desgranar cuales son los
acuerdos entre ambos y cuales las desgracias que nos afectan a consecuencia de
ello.
Según
su autorizadísima opinión todos los males de España vienen por culpa de los
rojos socialistas, ellos fueron los que pactaron con ETA que las puertas de las
cárceles se abrirían, y por tanto el débil Rajoy no ha tenido más remedio que
bajarse los pantalones y aceptar. Luego bla, bla, más bla, etc. etc., hasta
llegar por fin a decir que lo que aquí se avecina en breve es la irrupción del
Frente Popular, pero que a él no le pillan, antes de que eso ocurra se autoexilia
y se lleva su dinero al extranjero. Seguro que los contactos ya los tiene, con semejante
ideología no creo que pida asesoramiento en otro sitio que no sea en donde
hasta el día de hoy tienen contrastada experiencia, me refiero a Barcenas, “el
Bigotes”, etc., etc.,. Con semejantes ideas lo mejor que puede hacer es eso, vamos que para mañana es tarde.
En
ese momento una encantadora enfermera apareció en la puerta de la sala de
espera, mejor dicho sala de torturas, y nos invito a que la acompañásemos a
otra dependencia;¡que alivio!....por el rescate, todavía hoy no entiendo como
puede existir personas por el mundo con semejante ideología extrema. Seguro que
si hubiese continuado unos minutos más escuchando semejante discurso y dado que
estamos en tierra muy taurina, habría afirmado con absoluta rotundidad que
Manolete no lo mato el toro Islero, si no que fueron los rojos socialistas o mejor
dicho el Frente Popular.
Lo
del medico, afortunadamente salió bien.