Siento una enorme
satisfacción al enterarme hoy que la Sra. Cospedal ha derogado la orden por la
que veintiún Centros de Salud en Castilla – La Mancha tenían que cerrar sus
urgencias nocturnas. Lo que suponía en algunos casos tener que desplazarse hasta
cincuenta kilómetros. Por fin ha imperado el sentido común, aunque no haya sido
una medida tomada por iniciativa propia, ya que el Tribunal Superior de
Justicia de Castilla – La Mancha, había suspendido de manera cautelar dichos
cierres.
¿Desde cuando la sanidad
publica es un negocio que debe de reportar ganancias?,¿con que criterios se
deben de medir “las perdidas”?,¿realmente no existe otra forma de optimizar
recursos sin tener que llegar a esto?; creo que todos los españoles sin
distinción del lugar en el que vivamos deberíamos tener los mismos servicios públicos.
El argumento de que en
estos Centros de Salud no tenían actividad porque se pasaban noches sin que
acudiera nadie se desmorona por sí mismo;¿entonces que quieren hacernos
entender, que sería mejor que cada noche atendieran a veinte o treinta
pacientes?, esto supondría un coste aún mayor, ya que tendría una repercusión
inmediata en cuanto a material quirúrgico, ambulancias, farmacia, etc. etc.,
sin mencionar que estaríamos a lo mejor hablando de una epidemia o de algún
accidente grave; porque a lo que me niego por principio es a pensar que nadie
le gusta acudir a un Centro de Salud a las cuatro de la madrugada por verle la
cara al medico. Entonces siguiendo ese criterio torticero deberíamos de cerrar también
cuarteles de la Guardia Civil con poca actividad o Centrales Eléctricas con
baja demanda de consumo.
Cuando se inauguraron
estos Centros de Salud, estoy seguro que allí estaban los políticos de turno en
primera fila llevándose los honores y los parabienes de los lugareños, hasta me
atrevo a decir que entre los argumentos del porque de la inauguración de turno dirían:
“ya es hora de que dejéis de estar aislados en la sanidad” y mira tú por donde
ahora a otros políticos les importa un bledo que vuelvan a quedarse aislados
como hace décadas, eso sí, los impuestos los tienen actualizados como si
vivieran junto a la Plaza de Zocodover, pero sin Centro de Salud.