Alcalá de Henares “donde
cuatro huevos son dos pares y si son berenjenas seis hacen media docena”, como
bien dicen mis amigos Ricardo y Javi al referirse a tan ilustre ciudad.
El pasado día dieciocho teníamos
la imperiosa necesidad los miembros ejecutivos de ex AR/SALES/MAD de reunirnos
para debatir los últimos acontecimientos acaecidos en nuestro entorno, vamos una
cosa parecida a lo que hacen los Diputados en las sesiones ordinarias, tocarse ………..;
pero nosotros no íbamos a caer en semejante comparación, solo pretendíamos
pasar un día estupendo y la verdad que lo conseguimos.
Comenzamos nuestra visita
cultural por Alcalá de Henares visitando su famosa Universidad; después de
departir amigablemente con su Rector nos dirigimos a la sede de la Diócesis Complutense,
porque necesitábamos entregar unos documentos que nos había hecho llegar Oscar
(padre Flanagan) desde A Coruña y que eran de vital importancia eclesiástica.
Como no pudimos encontrar
mesa vacía en la Hostería del Estudiante, encaminamos nuestros pasos hacia el
Restaurante Indalo con el fin de almorzar; la duda era si pedíamos toda la
carta o nos conformábamos con el menú del día, como el bisAbu anda un poco
tocado de todo …… nos inclinamos por la austeridad de la segunda opción eso si
regada por abundante cosecha de vino de Rioja (veinte o veintisiete botellas).
Después de los postres y
en vista de que nos queríamos fumar unos puros habanos que le había hecho
llegar Raul Castro a Ricardo, dada su proximidad política, nos tuvimos que
marchar a la terraza de una selecta cafetería que esta junto a la residencia de
Ángel, no recuerdo el nombre, pero era algo muy internacional …… Casa Paco o
Casa Tocameroque……. da lo mismo para el caso. Allí continuamos con la charla en
torno a una mesa llena de cafés, infusiones, bebidas espirituosas y de las
otras, total un desmadre consumista.
Al olor de los habanos se
unieron a la fiesta Dª Pura y su hija Cristina, que fueron la verdad un
refresco para nuestra vista (cansada).
Con el crepúsculo emprendimos
el viaje de regreso a Madrid, donde nos aconteció una cosa curiosa: como teníamos
que dejar al bisAbu en su domicilio, nos desviamos de la A-2 al llegar a las proximidades
del Aeropuerto y ¿sabéis que nos ocurrió?, NOS PERDIMOS, estuvimos dando
vueltas por el Aeropuerto como si fuésemos de Cevico, y la verdad es que entre
los tres acumulamos más de cuarenta años de trabajar allí, pero es que ahora
las carreteras son distintas y la verdad es que terminamos la excursión en el
pueblo de Barajas, menos mal que si no ……
La próxima en los
cigarrales toledanos.