Como ya dije en otro
anterior blog refiriéndome a la letra de las sevillanas que canta Maria del
Monte ….. CUANDO UN AMIGO SE VA, ALGO SE MUERE EN EL ALMA ….., aquí añadiría yo
…O TE QUEDAS CON UN AMIGO MENOS… eso es más o menos lo que me ha ocurrido a mi
hace ya unos días, pero sin dramatizar que el asunto tampoco es para tanto.
Como ya todos sabéis,
desde hacemos más de tres años los VETERANOS
de AR nos solemos encontrar periódicamente para charlar, contarnos
nuestras historias y recordar tiempo pasados, eso sí, casi siempre acompañados
del buen yantar.
Este grupo tan homogéneo
lo formamos antiguos compañeros del Dptº de Ventas de AR en Madrid, que en su
momento éramos más que simples colegas de trabajo; y mira que es difícil encontrase
con esto, a mi personalmente en el resto de mi vida laboral no me ha vuelto a
ocurrir, los compañeros éramos solo eso, compañeros, pero esa raya que delimita
con la amistad raramente le he salvado.
Bueno, al asunto, nos
fuimos encontrando poco a poco los unos a los otros por diferentes caminos,
pero al final lo hemos conseguido y estamos tan felices de estar de nuevo
juntos; solamente teníamos un asunto pendiente; dar con el paradero de Ángel
Arias, uno de los nuestros durante más de veinte años, lo hemos estado
intentando todos por diferentes caminos, hasta el reportero Tribulete se
implico en la búsqueda y nada daba resultado.
Pero mira tú por donde
hace unos días hemos localizado un número de teléfono donde probablemente lo
podríamos contactar, dicho y hecho, cada uno de nosotros nos pusimos manos a la
obra de llamar a diferentes horas del día, ya que no atendía nadie dicho
teléfono. Yo personalmente llamé once veces y al fin tanta insistencia dio sus
frutos, cuando ya lo iba a dejar por imposible.
Atendió a mi llamada una
voz de varón que dijo ser un hijo de nuestro entrañable Ángel ¿.?. Después de
veinte años de compartir trabajos, almuerzos, reuniones, juergas, etc. etc.,
estoy absolutamente convencido de que mi interlocutor era el mismísimo Ángel
Arias, pero bueno, yo quería respetar su intención de anonimato, aunque no
entendía muy bien el porque. Durante aquella esperpéntica conversación con “un
hijo” que me hacia preguntas personales sobre cada uno del resto de nosotros,
de temas y de asuntos que únicamente podría estar al corriente el mismísimo
interesado, le dije cuando podría ponerme en contacto con “su padre” y me
remitió al mismo número de teléfono a la mañana siguiente, no obstante le deje
mi número de móvil con el encargo muy especial de que únicamente nos gustaría
saber algo de Ángel y si fuera posible darle un abrazo, sin más.
Hasta hoy nada, no ha contestado
al teléfono y a mi no me ha llamado, ¡que pena!, con el interés que lo hemos
buscado todos durante tanto tiempo. Es muy respetable su intimidad y que no
quiera saber nada de sus antiguos compañeros/colegas/amigos, pero a mi lo que
más me fastidia es que haya tratado de engañarme haciéndose pasar por otra
persona, él sabrá los motivos, pero para mí este capitulo sobre Ángel Arias está
definitivamente cerrado, como decía mi sabia madre: PARA EL QUE NO QUIERE SABER
NADA DE MI, TENGO YO MUCHO.
Adiós Angelito adiós.
No hay comentarios:
Publicar un comentario