Reflexiones desde la orilla II

El peligro que tiene cumplir cincuenta y cinco años en España 

Efectivamente los que ya hemos pasado por esa edad lo podemos afirmar con toda seguridad, cuando me refiero al peligro, quiero decir EL PELIGRO DE QUEDARTE SIN TRABAJO. Desde hace ya años en España el llegar a esa edad es sinónimo de “mueble viejo”; creo que fue la banca la pionera en eso que llamaban “jubilaciones anticipadas”, y que no era otra cosa que eliminar los sueldos  altos y reemplazarlos por la gente joven que contrataban con salarios y condiciones laborales leoninas; eso sí, los altos directivos que tomaban estas “sabias” decisiones, todos, tenían más de sesenta y tantos años  y a ellos no los tocaba nadie, pero si por casualidad fuera necesario prescindir de alguno, aparecían las indemnizaciones millonarias que los condenaban a “jubilaciones de platino”.

Después de la banca fueron: Telefónica, RTVE ,las Compañías de Seguros, Mutuas de Accidentes, etc. etc., en todas los argumentos son muy parecidos, tanto es así que suelen contratar empresas de Consultaría externas que les hacen el “trabajo sucio” decidiendo por ellos quienes, cuando y donde sobran los trabajadores ¿con que criterio?, suele ser siempre el mismo; ahorrar costes salariales al que les contrata. Para nada analizan otras cuestiones como rentabilidad, posicionamiento de esa persona dentro del sector, y por supuesto para todos ellos la palabra EXPERIENCIA no existe en su vocabulario, grave error, porque la mayoría de las veces la experiencia se ha adquirido a fuerza de años y de formación continuada que ha sido sufragada con el dinero de la propia empresa.

Estos “sabios” expertos en despidos, no saben o hacen como que no se enteran de ejemplos tan elementales como los que refiero a continuación: cuando una Compañía de Aviación Comercial incorpora un nuevo avión a su flota ¿a quien le encomienda primero la formación que requiere pilotar ese aparato?, por supuesto al piloto que atesora mayor numero de horas de vuelo y experiencia en otros aviones.. ¿Quiénes optan a los puestos de Jueces en el Tribunal Supremo?, buscan una cara entre la ultima orla de la Facultad de Derecho o a alguien con experiencia y meritos; si a estos mismos “sabios consultores” les tuviesen que hacer una intervención quirúrgica de alto riesgo, seguro que preferían que se la hiciera el Jefe del Servicio correspondiente y no un MIR (con el mayor de mis respetos a este abnegado colectivo).

Conclusión: vivimos unos momentos en los que la palabra experiencia se puede equiparar o como decía antes a “mueble viejo”, cuando lo que realmente había funcionado siempre bien era la amalgama de juventud y veterania.

¿Cómo pueden nuestros políticos estar de espalda a todo esto?, jubilación a los sesenta y siete ¿Quién conservará su puesto de trabajo a esa edad?, siendo como es, cada día más barato el despido.