Desde que
tengo uso de razón, de eso ya hace tiempo, siempre he notado que los
catalanes “han ido a su puñetera bola”,
no sé de que nos extrañamos ahora de sus reidinvicaciones, cuando se les
pregunta, por ejemplo, ¿de donde eres?, la contestación siempre es la misma
“catalán”, nunca se han sentido españoles, eso sí, desde tiempo inmemorial
llevan llorando sus necesidades al resto del país para que les echemos una mano
cuando les hace falta, vamos apelan a la solidaridad cuando les viene bien.
Para empezar
hablando de la tan cacareada solidaridad ahí van unos cuantos ejemplos: cuando
el resto de los españoles nos “arrastrábamos” por unas carreteras infames, en
Cataluña tenían más kilómetros de autopistas que nadie, y claro que iban
sacando pecho, decían “en tres horas estamos en Europa”, porque eso sí, siempre
se han sentido más europeos que el resto de los españoles.
Que decir
del cambio que le dieron a Barcelona con motivo de las Olimpiadas,
circunstancia que no desaprovecharon para demostrar al mundo que por encima de
españoles eran catalanes. Entonces no dijeron nada de donde les venia el
dinero, simplemente era bienvenido y punto, o sea dicho vulgarmente “al
zurrón”. Como tampoco hicieron ascos en su momento a las inversiones de la
ampliación del aeropuerto de Barcelona, ferrocarril del corredor del
Mediterráneo, etc. etc., a eso le llamo yo solidaridad, dar al que más tiene.
Ahora que
corren tiempos difíciles para la economía a ellos (los catalanes) nuevamente
vuelven a “ir a su puñetera bola”, solicitando no sé bien el que, porque el sr.
Mas es tan cobarde que no se atreve a decir la palabra independencia; pero
aprovechando el tirón de la manifestación del otro día para arrimar el ascua a
su sardina independentista, total que deben de pensar : si España se va al
garete, que se vaya, nosotros solos somos más capaces, más listos que los demás
y no los necesitamos para nada.
Grave error,
porque Cataluña sin el resto de España perderá una parte muy importante del
sustento de la economía de sus empresas, y yo creo que a los catalanes
tradicionalmente les importa “la pela” (ahora el euro), más que su carácter
independentista. Aunque solo sea por eso, espero que la cordura vuelva a
imponerse sobre el afán de algunos políticos que están soliviantando a los
ciudadanos únicamente para beneficio suyo y lo que es peor, creando una
corriente de opinión de muy poca simpatía hacia Cataluña.
Eso sí, como
dicen ellos, “desde el máximo respeto”.
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