Eso es lo que deben de
pensar los que rodean a la Infanta Cristina, empezando por sus abogados,
siguiendo por el Fiscal y terminando por la cohorte de tertulianos adictos a la
Casa Real y que tratan en sus sesudas charlas de hacernos comulgar al resto de
los españoles con ruedas de molino.
Llevo más de treinta y
siete años felizmente casado y la mayoría de los acontecimientos importantes
que se viven en mi domicilio son
consensuados entre los miembros de la familia, pero sobretodo con mi esposa a
la hora de tomar una decisión. No quiero decir con esto que tengamos que hacer
un Consejo de Familia para decidir cual es la marca del papel higiénico que
vamos a comprar, pero a lo largo de nuestra vida si hemos tenido que tomar
decisiones importantes y aquí mi esposa
está al corriente de lo que ocurría; como por ejemplo la adquisición de una
vivienda, un automóvil o decidir nuestro lugar de vacaciones.
Efectivamente, todo lo
contrario de lo que ocurre en el domicilio de los Urdangarin-Borbon; allí “el
que corta el bacalao” es el marido y la esposa se limita exclusivamente a traer
hijos al mundo, prepararle la purrusalda y acercarle las zapatillas cuando
regresa estresado del trabajo en el Instituto Noos. Porque está claro que el
papel que debe de desempeñar en la Fundación La Caixa tiene que ser cuanto
menos testimonial, ya que la imagen que trata de hacernos ver es que ella es un
florero de lujo.
Una persona con la
formación que se supone que debe de tener la Infanta, el hacer semejante papel
ante el Juez tiene que ser cuanto menos que deplorable; limitarse a contestar
“no sé” o “no me consta” la deja en una posición critica cara al resto de los
españoles, por mucho que esa sea la estrategia de sus abogados. Por supuesto
que yo siempre he pensado que el Juez Castro iba ha sacar poco en claro de este
interrogatorio y que la Infanta se iba a ir por las ramas de “su confianza en
su marido”, como si lo otro fuera desconfianza.
Vamos que ella es una
firme seguidora del dicho tan español de “COME Y CALLA”.
Antes de que se me olvide: LOS ESPAÑOLES NO SOMOS ESTUPIDOS.
Es lamentable que nos tomen por Idiotas. La Mato, se encontró en su garaje un Jaguar de 145,000€ que usaba su marido y ella, además de un Range Rover, y no sabía que hacían allí.
ResponderEliminarAhora Cristina no sabe nada de nada, hacía las cosas por Amor; se encontró viviendo en un palacio en Pedralves, valorado en 6.000.000€ y no se había enterado de donde había salido la pasta.
Me pregunto yo que coños hace en su trabajo en la Caixa, si no sabe nada de nada y encima la pagan 224.000€ al año.
Hay que reconocer que Cristina, su consorte, y la promiscua de su hermana, han hecho por la República más que muchos.
Yo lo que no entiendo como en este país hay tanto gilipollas que son monárquicos o juan carlista,pero que valores tienen o que benefícios socialeshan aportado esta familia de chorizos?? Lo único que han hecho ha sido enriquecerse.
ResponderEliminarLa infantita de los eggs,no ha cesado de sonreir en todo momento,sus aliados dicen que era por los nervios del momento,yo pienso(y piensa mal y acertarás) que se estaba descojonando de todos los españolitos, típica tradición en los bobones.
Quisiera equivocarme,pero al juez Castro le veo muy blandengue,por su comportamiento durante años con este tema,pienso que va a dar carpetazo y a jubilarse.
Este país no tiene arreglo.