Los catalanes siempre me
han parecido unos ciudadanos cuanto menos un poco peculiares; desde siempre han
mantenido una discrepancia con el resto de los españoles a mi modo de ver
proveniente de una cierta envidia y de un complejo de inferioridad, principalmente
hacia Madrid y su supuesto centralismo de antaño.
Centralismo que abrazaron
inmediatamente que obtuvieron el Estatuto de Autonomía; pasaron de depender de
Madrid para casi todo a depender de Barcelona hasta para respirar y si no que
se lo pregunten a los ciudadanos de Igualada, de Pals o de Amposta.
Siempre me ha parecido
curioso que unos ciudadanos conmemoren una derrota histórica como la que
sufrieron las tropas catalanas partidarias del Archiduque Carlos frente a las
de Felipe V, por mucho que nos vendan la imagen de Rafael Casanova envuelto en
su bandera, no deja de ser una derrota, con un saldo lamentable de muertos que
tal vez nunca debió de producirse. Por cierto no debemos olvidar que el
Archiduque Carlos les hizo un “caganer” a los catalanes cuando a la muerte de
su hermano José I de Habsburgo salio al galope de su caballo preferido para
ocupar el trono austriaco olvidando de inmediato sus aspiraciones catalanistas.
Tal vez es que estamos
acostumbrados a celebrar actos más alegres como la exaltación de la
Constitución, el dos de Mayo de 1808, o el Descubrimiento de América.
Manejando datos meramente
estadísticos hoy nos venden desde Cataluña que la cifra de participantes en la
cadena humana de ayer fueron aproximadamente un millón seiscientos mil; esto
quiere decir que participaron un veinte por ciento de su población censada y
eso que era festivo y lo llevan organizando un año, ¿y el resto de los
habitantes?,¿Dónde estaban?,¿apoyando desde sus casas la idea?, o tal vez no
están de acuerdo con este movimiento independentista, o simplemente pasan de
semejante esperpento.
Me imagino que la mayoría
de los catalanes son conscientes de lo que les puede significar su
independencia y lo que ello conlleva, sobretodo en el aspecto económico al que
ellos son tradicionalmente tan pragmáticos. Cuando cada ciudadanos tomamos la
decisión de independizarnos de los padres e iniciar una nueva vida era porque disponíamos
en primer lugar de trabajo y de unos recursos económicos propios, ¿dispone en
estos momentos Cataluña de esos recursos?, que yo sepa no existe el Banco
Central Catalán que avale dicha decisión; tal vez piensan que el BCE estará a
su disposición y pondrá los euros que les hagan falta; si es así, son unos
ilusos, no anda Europa ahora para tales dispendios. Quizás pretenden crear su
propia moneda, ¿Cómo la denominarán?,¿el dólar catalino?; digo lo del dólar
para preservar siempre su diferencia con la peseta española. ¿Y que sucederá
con la deuda contraída por el Gobierno Catalán hasta ahora?, los mercados
mundiales aceptarán el cambio, o tal vez no, ya que las condiciones no serán
las mismas.
Que frágil memoria
tienen algunos miembros de CiU cuando no hace mucho tiempo de vino y rosas
pactaban con el PP del Sr. Aznar, eso sí, eran momentos en los
que el Presidente del Gobierno “hablaba catalán en la intimidad”, otro
esperpento pero ……., la pela es la pela.
Total que esto de la
independencia es algo más serio que unir las manos como para bailar una sardana
o hacer una fila.
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