Nos siguen bombardeando
en todas las TV con las imágenes más violentas que ocurrieron durante la huelga
del pasado día 14N; me parecen autenticas salvajadas tanto las que cometen por
un lado los “supuestos anti-sistema”, como por el otro la policía, ambas conductas
son reprobables, pero a mi modo de ver el comportamiento de estos últimos es
cuanto menos “vergonzoso”, se supone que las Fuerzas de Seguridad están
formados y entrenados para saber afrontar estas situaciones y el empleo de la
fuerza debe ser proporcionado.
Estos “supuestos
anti-sistema” se comportan como unos descerebrados y no tienen ni piensan (si
es que tienen capacidad para ello), que con esas actitudes lo único que
consiguen es darles argumentos a los que sistemáticamente pretenden demonizar a
las personas de orden que tienen derecho a manifestarse contra lo que sea, en
este caso contra la política de “la profe sra. Merkel” y de su “alumno sr.
Rajoy”, como legalmente nos ampara nuestra Constitución.
Dicho lo anterior, vuelvo
a las cargas policiales: ¿como es que la policía no sabe discriminar entre los violentos
de los que no lo son?, ¿o es que acaso tratan de intimidar a los que ejercen su
derecho a manifestarse pacíficamente?, si fuera este su objetivo torticero y
mezquino sería únicamente comparable a las policías de las dictaduras que yo
pensaba que nunca más volverían a aparecer en el mundo del siglo XXI.
Especial atención me
merece la agresión que propinaron a un niño de once años y a una adolescente de
dieciséis en Tarragona; cuando se ven las imágenes por TV, perfectamente se
puede comprobar que se trata de un niño para nada sospechoso de ser un “anti-nada”;
vamos, que la casualidad o la curiosidad lo situó en el peor lugar y en el peor
momento. Aquí es donde yo apelo a la “profesionalidad” del policía que en ese
momento no es más que “una maquina de dar golpes” y va ciego de furia”; lo que
me llama poderosamente la atención es el valor que tiene la adolescente que
sale en defensa del niño, verdaderamente es una valiente porque el mero hecho
de ver de cerca de estas “hormigas atómicas” ataviados como si fuesen a asaltar
en reducto infestado de talibanes en Afganistán, es para ponerse a temblar,
dicho en fino. Eso sí el Consejero de Interior del Gobierno catalán, sr. Puig,
sale en defensa del energúmeno diciendo autenticas majaderías y exculpando lo
que no se puede disculpar; tales como; ”situación de alta tensión”, ”obligación
de intentar dispersar”, ”atacaban la línea policial”, etc. etc., total todos
argumentos de peso para proteger al que casi le rompe la cabeza al chaval. ¡¡
Que pena de políticos!!, con tal de salvar la poltrona son capaces de decir
cosas que atentan contra la inteligencia de cualquier persona que no sea político
en ejercicio.
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